Ultrapowix Generations

lunes, 8 de enero de 2018

Cap. El delito de la princesa Part 2:

[...] Mav abandonó en seguida la habitación cuando al salir se cruza con Natalie, la cual decide acompañarle a su habitación intentando averiguar qué había pasado.

--- Mav, ¿pero qué sucede?

---¿En serio lo crees? ¡Mi hija una asesina! Es lo que todos me comenta y ella no hace más que renegarse, la verdad es que no sé qué creer, Natalie.--- dijo muy disgustado.

--- ¿¡Sum una asesina!? Sólo habría un modo de comprobarlo... Si Darkstrong aún guardase algún recuerdo pasado, si pudiese rememorar lo que ocurrió exactamente...

---Sí que puede. Hay un pasadizo que conduce a una sala que nos podría revelar lo que pasó exactamente hace 11 años cuando ocurrió. Si Sum no me lo dice, iremos a comprobarlo.

---Está bien. Anda, ve y habla con ella.

Mav fue a donde se encontraba Sum y le volvió a preguntar sobre el panorama.

---¿Sum, no me piensas decir nada?

--- No puedo.

--- Bien, entonces me iré y lo averiguaré yo mismo.

--- Papá, espera te lo diré.--- le dijo sujetándole del brazo.

---Sí, fui yo ¿vale? Yo maté a Dolce, pero el incendio fue un accidente, tienes que creerme. Yo quería herirle con el fuego, pero ella lo esquivaba y luego sin querer se incendió el reino inintencionadamente, por favor créeme.

---¿¡Pero en qué pensabas!?---añadió histérico.

---¿Por eso fue que te cambiaste de nombre, no? ¡Me mentiste, y no sólo a mí!
--- Lo sé, y lo lamento.
---No me queda otra opción, pero mereces un castigo e irás a las mazmorras de Darkstrong. Por esto te puede caer mucho tiempo.

Al día siguiente,  Mav habló con Malévora y el bando, donde la bruja le explicó que la condena mínima era de un mes y la máxima conllevaría años en prisión. Merecía máxima condena, pero Mav decidió darle la mínima, pues quedaba un mes para navidad y quería que su hija estuviera para esas fechas.

Luego la llevó a prisión donde al parecer iba a tener compañía, pues no estaba sola finalmente. Había también un chico llamado Jerard, el cual había sido arrestado por un delito menor al de Sum, parecía prácticamente inmóvil hasta que la vio aparecer, lo cual le extrañó bastante que alguien de la realeza viniese a caer en prisión.

--- Vaya, vaya, vaya... ¡Pero si es la princesa! ¡Bienvenida a prisión, alteza!--- comentó impresionado.

--- ¿Y tú quién eres? ¿Y qué haces aquí?


--- Soy Jerard, encantado de conocerla, creo que lo vamos a pasar muy bien aquí, princesa.

--- ¡No me llames así, tengo nombre!--- exclamó alterada.

--- No te enfades, ¿pero qué te ha llevado a caer tan bajo, princesa?
--- Te he dicho que no me llames así. Bueno, estoy aquí porque se me acusa de un asesinato que cometí hace 11 años, y me han puesto la mínima condena, un mes aguantándote.

--- ¿En serio, princesa? Tienes mucha suerte, pero bueno eres de la realeza, ¿eso tiene sus ventajas, no?

 
--- No te creas, mi padre lo ha hecho así para tenerme en los días de navidad y pasarlos en familia. ¿Y tú qué, que has hecho?

--- Oh, ya empiezas a interesarte... Pues la verdad es que lo mío es algo inferior, sí, más bien digamos que ha sido un robo a mano armada con un superior y aún así tengo más condena que tú, princesa, qué suerte tienes.

A partir de entonces, Sum y Jerard empezaron a conocerse, aunque no muy positivamente al principio, pero a medida que ella empezaba a interesarse más por él y lo que le había pasado, finalmente incluso se podría decir que acabaron gustándose el uno al otro debido a las bromas que Jerard le gastaba y que ella no recibía con muy buen gusto al principio pero al final llegaron a mucho más... ¿Fin?

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