Cap. El preso y la princesa (Día 3):

Día 3:
La fuga:
 
Al tercer día de conocerse, Summer y Jerard ya parecían llevarse mejor, en especial Sum. Ella ya comenzó a confiar más en él, pero aun así no se fiaba del todo.
Ese día, Jerard le propuso una apuesta, y Sum la aceptó.

--- Hagamos una apuesta, princesa. Si gano yo, te vendrás conmigo una vez salga de aquí, pero si ganas tú, te obedeceré eternamente. ¿Qué te parece, aceptas?

--- Hmm... Está bien. Vale, ¿qué nos apostamos?

--- La apuesta es la siguiente: Si nos escapamos y no nos sube la condena, cosa que dudo, habré ganado y aceptarás mis condiciones; de lo contrario seré yo quien estará a tus órdenes, ¿ok, princesa?

--- De acuerdo, Jerard, aunque ahora que lo dices sí hay un sitio al que me gustaría ir, pero no sé, será complicado salir sin que nos pillen. Si fuéramos con Dave y algunos más...

--- Yo tengo una idea mejor: ¿Y si nos escapamos tú y yo y nos encontramos con ellos una vez allí? Luego volveríamos tú y yo tal como nos fuimos.
 
--- Ya, pero si mi padre se entera todo se empeorará. 
 
--- Confía en mí, princesa. Por una vez al menos.

Al anochecer, Jerard y Sum se escaparon de las mazmorras tal como planearon y luego se encontraron con Dave y el resto al llegar al sitio, que al parecer era como una feria.

De pronto, sonaron las alarmas en Darkstrong, alertando de que los prisioneros habían escapado y los guardias avisaron a Mav, el cual al enterarse, no dudó en llamar a Dave a través de la pulsera del bando por si les encontraba, eso sin saber que realmente estaban con ellos hasta que éste se lo dijo para que se calmase.

--- Dave, parece que Sum y Jerard han escapado, avísame si les ves.--- le dijo preocupándose sobretodo por su hija.

--- No te preocupes, Mav, están con nosotros. Luego volverán para allá.

Y efectivamente, Sum y Jerard después de pasar una gran noche juntos en la feria, volvieron a las mazmorras como si nada hubiera pasado. Al llegar de nuevo a las mazmorras, Mav les esperaba muy enfadado. 

---¿Cómo habéis podido hacer esto? ¿Sabéis que la condena se os podría aumentar, no?

--- Papá, no. Sé que no hemos hecho bien en irnos, pero no nos subas la condena. Ha sido un error, pero no volverá a pasar.

---Debería aumentaros la condena...---añadió el rey dudoso.

--- Majestad, ha sido culpa mía. Yo le animé a esto, lo lamento. Yo me merezco el castigo.

--- No, Jerard. No importa, no os subiré la condena a ninguno, pero que no se vuelva a repetir. Hazme un favor, cuida de mi hija ¿vale?

--- Lo haré, por supuesto, confíe en mí. 

Mav les perdonó el error. Sin embargo, ellos se fueron encariñando cada vez más. Tanto es así, que de tanto aprecio, Jerard se le declaró a Sum cuando ésta no daba crédito a lo que le decía su compañero de celda, hasta que finalmente acaban incluso enrrollándose después de unos primeros besos inesperados en los labios.

Pero al despertar a la mañana siguiente, Jerard no se encontraba bien, pues según él creía que podría tratarse de haber comido algo en mal estado. Se lo dijo a su compañera y ésta pidió ayuda, hasta que uno de los guardias avisó a Mav, el cual vino deprisa y le atendió directamente al ver la situación.

Jerard se sorprendió bastante al ver que el rey de Darkstrong le curaba, pues desconocía que éste fuese médico, donde Mav al final se lo desvela, aunque le pide que no lo comente con nadie ajeno, y el elfo decide guardar el secreto.
Finalmente regresa en la mañana a la celda, donde al llegar se abraza con Sum al ver ésta que su compañero ya se encontraba mejor. Fin.