Cap. Los sueños de Jerard:

Al anochecer en el Reino de las Tinieblas, Jerard y algunos más se prepararon para ir a dormir. 

Cuando Jerard y Sum estaban acostados juntos, ambos se besaron en los labios hasta que más tarde, Jerard consigue dormirse.

Mientras él dormía, parecía como si estuviese dentro de una horrible pesadilla, él no paraba de temblar, y Sum que estaba a su lado le sintió y no pudo evitar despertarse e intentar llamarle, pero Jerard parecía tener un sueño muy profundo.

Él soñaba con Joline, su ex-prometida que se suicidó hacía  poco. 

Pareciera no haberlo superado con este sueño, pues ella se le presentó y tal vez por eso temblaba. No se esperaba su presencia, aunque sabía que eso no podría ser real. 
Su ex parecía acariciar su rostro e intentar hacerle ver con su ojo derecho donde tenía el parche, el cual perdió frente al ataque del guardia en la mazmorra del reino, pero entonces justo cuando Joline parecía llamarle e intentar que éste viese por dicho ojo y que se despertase, él finalmente despierta y ve que quien realmente le estaba llamando era Sum.

--- ¡Jerard, Jerard!--- le llamaba Sum cuando éste creía que se trataba de Joline.

--- ¿Jo- princesa?--- cuestionó confuso.

--- ¿Estás bien, Jer? Parecías muy nervioso.---añadió preocupada.

---Sí, no te preocupes, princesa. Creí que... Había visto a Joline, pero sólo ha sido una horrible pesadilla.

---Ah, bueno está bien. Anda duerme que es temprano aún.--- le contestaba ella fingiendo no importarle.

Pero Sum cuando ve que éste vuelve a conciliar el sueño, se queda algo pensativa y dudosa, pensando en si realmente su amor era verdaderamente correspondido o si Jerard era capaz de seguir queriendo a su ex después de su fallecimiento.
 
Pues algo inesperado ocurre a continuación de que Sum pensase que él realmente no le podría querer y al parecer, Jerard que aparentaba dormir muy profundamente, se enteró de su pensamiento, ¿sería éste capaz de leer la mente?...

--- ¿Será que Jerard aún sigue enamorado de Joline?---se preguntaba así misma confusa por lo que el elfo le contó de su anterior sueño.

--- ¿En serio, princesa?--- le contestaba él mentalmente también. 

--- ¿Ya vuelves a desconfiar de nuevo de mí?--- prosiguió éste oralmente después de despertarse.

--- Oh, no. No es eso, Jerard. No quería decir eso. Te juro que ha sido algo que se me ha venido a la mente sin más, no es que dude de lo nuestro, de verdad.

---¿De verdad, Sum?---le cuestionaba seriamente a su chica.

--- Sí, de verdad, te lo digo en serio, Jerard.
 
Jerard no dice nada más cuando luego la vuelve a besar y minutos despues, vuelve a quedarse dormido y tiene una segunda pesadilla, algo más espantosa que la primera al parecer.

Él esta vez se levantó sonámbulo hacia la cocina del palacio. Pareciese tener sed y fue directo al frigorífico, de donde cogió una botella de leche y comenzó a beber a tragos sin despertarse. Luego, Mav se levantó tras oír un ruido en el jardín del reino, pero no fue el único. Elfness también se despertó y al ver a Jerard a través de la ventana gritó:

---¡¡NOOO!!

Se dirigió directamente a donde él.
Pero luego, cuando Mav ve a Elfness corriendo rápidamente hacia el jardín, le siguió para ver qué sucedía.

Al llegar a donde Jerard, éste parecía situado delante de un gran y profundo hoyo, pues Jerard se encontraba transformado en elfo y semi desnudo por la parte superior del torso. A punto estaba de caer, cuando de repente Elfness que lo ve asustada, acude en su ayuda y lo arropa con una manta, mientras antes de aparecer ésta, el espíritu de Joline casi lo empuja hacia el hoyo cuando es salvado por Elfness y Mav, el cual vino después sorprendido y confuso al ver el panorama.

--- ¡¡ALTO!!---le gritó desesperada la elfa tratando de que él se detuviese.

Jerard despertó después de ser llamado por Elfness, aunque no era consciente en ese momento de su situación.

A la mañana siguiente, Mav le habla sobre lo que pasó durante esa noche. Éste no daba crédito, pues no creía que fuese cierto hasta que Elfness y algunos más se lo confirmaron, y luego se reían cuando ni él mismo era capaz de recordarlo. Fin